La niña y el niño viven con infinito asombro un presente que se les escapa mientras juegan a la vida. Ese asombro les impulsa a descubrir por medio del juego, que les acompaña en sus primeros años de vida: juegan para conocer, para aprender, para relacionarse, para crecer.

Así sucede en ¿Cuándo viene Samuel?: el juego es el verdadero protagonista de esta obra, concebida como una fiesta permanente en espera de la celebración de otra fiesta. Proponemos que el teatro ofrezca a niños y niñas la oportunidad de contemplar en escena la historia de dos hombres que esperan con entusiasmo. Permitamos al espectador esperar junto a ellos la llegada de Samuel, una luz al final del camino, una posibilidad, una esperanza.

Dos hombres esperan junto a un columpio la llegada de Samuel para celebrar una fiesta. Para vencer al aburrimiento, inventan juegos, imaginan. Aparece el Señor Profesor, les da la lección y se marcha. Al final, subidos al columpio, intentarán escapar. Esta obra es una fiesta permanente en espera de la celebración de otra fiesta, la prometida por Samuel.

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